domingo, 22 de abril de 2012

Costa azul


El mar Mediterráneo
El tren partió de Milán a tiempo, como no conseguí pasaje tuve que viajar en primera clase pero no era como yo lo imaginaba apenas un poquito más cómodo, el viaje fue largo hasta la costa de Francia pero pasamos por lugares hermosos así llegué a Niza que bella ciudad me enamore al instante ese mismo día caminé por el centro y fui a conocer el mar ahí me encontré con unas señoras de Argentina que venían de España fue muy gracioso porque justo una de ellas conocía a alguien de mi ciudad, que bárbaro que chiquito es el mundo.
atardecer en Niza
Al otro día madrugué porque quería aprovechar bien el día y fui hasta la cascada en la montaña desde donde se puede ver toda la ciudad, luego fui hasta el barrio viejo y al mercado caminé por esas callecitas angostas y disfruté de tomar un rico helado. Al atardecer fui otra vez a la costanera, hermoso lugar de relax.
Vista de la ciudad
La ciudad
Ya más descansada el tercer día decidí viajar a Mónaco-Montecarlo que bárbaro por un euro tomas el cole y en un ratito estás el viaje es por la costa así que vas esa media hora de viaje disfrutando de un hermoso paisaje, una vez allí fui a conocer el principado, el casino y entré al Museo oceanográfico, pasé un día maravilloso hasta llegué a tomar un baño en el mar mediterráneo, completito el día.
La casacada
 El último día decidí conocer la catedral rusa por la mañana y por la tarde hacer día de playa, después de tanto caminar me lo merecía el día era bellísimo y llegue cerca del mediodía cosa que no tuve en cuenta y más sabiendo lo delicada que soy con el sol, sin querer del cansancio que tenia me dormí una siestita... ya se estarán imaginando como quede si si... tomatito pero quien te quita lo bailado a orillas del mediterráneo.
El casino de Mónaco
Mónaco- Montecarlo
Cambio de guardia
El casino
El museo oceanográfico




El museo oceanógrafíco

Y así con la valija lista de nuevo para partir rumbo a la romántica París.







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